jueves, octubre 23, 2008

"Llamadnos amantes"













"Con todos los respetos para Susan, nunca nos gustaron las palabras pareja o compañera. Susan nunca las usaba. Yo no las usé. Era una relación en todas las dimensiones. Llamadnos amantes".
Annie Leibovitz.

No sé si es un fuego de artificio más de Annie Leibovitz, como sus fotografías, o una declaración amor. Lo cierto es que es de lo más sugerente. ¿Quién no desea tener un amante?

*La imagen de la izquierda es de Susan Sontag fotografiada por su amante. Y la de derecha, pues es Leivobitz fotografiada por Sontag (la fotógrafa cazada por la teórica, ¡ja!) .

martes, octubre 21, 2008

Gustos

Tengo un compañero de trabajo empeñado en conocer cuáles son mis gustos. Cada vez que caza la foto de una supermodelaza en tetas me la enseña con la intención de que le dé el visto bueno o que le argumente por qué pasaría de ella.

- Mira, ¡qué pedazo de tía! ¿Eh? ¿Te gusta? ¿Te gusta?
- Pues la verdad es que no.
- Pero si está buenorra, buenorra.
- No es mi tipo. Ya te he dicho que las modelos esas anoréxicas no me gustan.
- Entonces, ¿qué tías te gustan?

Para empezar me gustan las tías a las que yo creo que puedo gustarles, es decir, las que entienden o tienen posibilidad de entender. No sé por qué pero tengo un radar que se fija de manera selectiva en mujeres que son lesbianas sabiéndolo y aceptándolo, que lo son sin saberlo en ese momento pero que con el paso de los años lo descubren o en mujeres que quieren, sin más, probar qué es estar con una mujer, aunque eso las acabe atando a una relación de varios años. Vamos, que no me pasa lo mismo que a Camilo Sesto, que el pobre siempre se iba a enamorar de quien de él no se enamora.

Hasta el momento mi radar no se ha equivocado jamás y cuando apuntaba hacia Angelina Jolie, pues por algo era. Sin embargo, he de confesarlo, siempre he tenido predilección hacia las deportistas macizorras, esas tías cuadradas que están todo el día haciendo pesas, corriendo, lanzando jabalinas o cualquier otro instrumento y sudando de lo lindo. Y ahí, mi radar, tampoco se ha equivocado: el deporte es un campo abonado al ligoteo muy, pero que muy interesante para cualquier lesbiana de pro. Creo que éste es mi lado frívolo y superficial. También lo podríamos llamar estético, ¿por qué no?

Es curioso, porque a los tíos les suelen dar susto las tías fuertes... Pero a mí me parecen de lo más molón. En este punto tengo que hacer un inciso: ¡Bendito gimnasio, alegría de cada mediodía! De hecho, una vez tuve una novia atleta -este post ha nacido a raíz de un comentario que le he dejado al respecto a El Malvado Ming-, de esas cuadradas 2x2, pero al final una relación resulta demasiado agotadora: sólo entrenan, así que ni se sale, ni se trasnocha, ni se bebe, ni se come, ni se f... ni se hace nada, vamos. Esa vida monacal no es para mí.

En el lado opuesto, pues, he de confesarlo, también me gustan las intelectuales. ¡Mi amada Bette! Ésas que les dan vuelta a todo, que son capaces de levantarse a las seis de la mañana para hacer la fotografía de un amanecer, que pueden provocarte con una sola palabra, que se conocen las escuelas más innovadoras en psicología, que te ganan con palabras de nueve letras al Scrabble o que usan la dialéctica para desarmarte y hacerte caer rendida y muda -porque ya no te queda opción de réplica- a sus pies.

Y cómo no, me pirran la mujeres que tienen sentido del humor.

* Como sobre gustos no hay nada escrito, espero que dejéis escritos por aquí vuestros gustos y, después, me comprometo a hacer un post con el prototipo de mujer deseado por las lesbianas.

** La fotografía es del culo de una de esas atletas macizorras. Para alegrar un poquito la vista, ¿no?

sábado, octubre 18, 2008

Integrismo lésbico


Puede que esta entrada disgute a alguna de las que llegáis hasta este blog, pero tenía que escribirla tarde o temprano porque es toda una declaración de principios: creo firmemente que hay un integrismo lésbico, peligroso y tóxico. Yo conocí a una pareja que lo tenía claro: las lesbianas somos seres superiores, pensaban.

Lo cierto es que, ahora echando la vista atrás, creo que fue la primera pareja de lesbianas fuera del armario que conocí. Hablamos de mediados de los 90, cuando yo ocultaba que mi novia lo era a todo Dios. Sólo éramos muy buenas amigas. Por aquel entonces una compañera de la Facultad -mi actual amor- comenzó a tirarme los tejos. Ella y sus colegas se dedicaban a espiarme -me lo contó después- en el patio de la Universidad y a hacer conjeturas sobre si yo entendía o no.

Un buen día -bendito alcohol- mi actual amor se decidió a ligar conmigo enmedio de una fiesta de lo más ñoña, yo piqué y en el pack iban incluidas sus mejores amigas, entre las que se encontraba esta pareja de integristas: dos tías rubias, superfemeninas y por las que los tíos perdían el culo. Una de ellas estudiaba música, era delicada, etérea y sensual, y no era difícil quedarte embobada oyéndola tocar el instrumento -musical, por supuesto-. La otra estudiaba lo mismo que nosotras, era guerrera, categórica al hablar -de esas que levantan y agitan el dedo índice para parecer más firmes- y, en apariencia, con las ideas muy claras.

Defendían con beligerencia la supremacía del sexo femenino, veían a los heterosexuales como una pandilla de conformistas adocenados que se negaba a llegar a la esencia de su ser y que elegía la salida más fácil para llevar una vida acorde con lo esperado. Esgrimían que el mejor sexo era el que podían tener dos mujeres y sólo querían salir por sitios de ambiente y, por supuesto, con gays, porque la presencia de un heterosexual significaba llevar a un mirón infiltrado en el grupo.

Los armarios había que quemarlos todos y echar a patadas a los que estaban dentro y las únicas dos películas que merecía la pena ir a ver en el cine eran 'Go fish' y 'Cuando cae la noche' -por cierto, de ésta me regalaron un póster en un cumpleaños-. La esencia de la persona era homosexual. Lo demás era un cuento, una máscara para no hacer frente a la realidad.

Yo soy más relativa: pienso que cada cual es como es, aunque haya gente que se niegue la posibilidad de ser como es, pero hay que respetarla. Pienso que al igual que a nosotras nos gusta estar con otra mujer, pues hay a tías a las que le encanta estar con un tío y viceversa. Y creo que no todo el mundo es homosexual por designio divino, al igual que todo el mundo no es heterosexual.

Mi amor comparte -lo hemos hablado- este punto de vista, el mismo que teníamos hace ya la friolera de 12 años, demasiadas diferencias con esta pareja de amigas, que acabó en una ruptura cantada.

Pero el tiempo pone a cada uno en su sitio. Hace tres o cuatro años nos encontramos con la música en la boda de un amigo -heterosexual- común. Nos vio a mi amor y a mí, nos reconoció, desvió la vista y siguió de largo sin darnos siquiera la opción de saludar. Nuestro amigo nos contó que ahora estaba casada, con un músico, por supuesto. Y su ex pues había seguido el mismo camino de perdición heterosexual.

*La fotografía es un fotograma de 'Cuando cae la noche', película más que recomendable, al igual que 'Go fish'.

** Insisto: no tengo resistencia a escribir.


viernes, octubre 03, 2008

¿Seré ya como Bette?

Es posible que sea ya como Bette y no me haya dado cuenta hasta ahora. Se me ha tenido que poner delante el blog de pobreniñopijo, quien se ha dedicado a analizar a los personajes de The L Word desde el punto de vista de algo que se llama eneagrama y quien ha hecho que sufra uno de los mayores shocks de mi vida


Al parecer eso del eneagrama es un sistema de análisis de los tipos de personalidad inventado por los sufíes y que, a día de hoy, hay gente que todavía se toma en serio. Este pobreniñopijo dice que Bette es lo que el eneagrama denominaría un tres social, lo que significa que es una persona eficiente, atractiva, simpática, con gran habilidad social, muy segura de sí misma por fuera pero insegura por dentro, optimista, exigente y asertiva.


Hasta ahí pues he de decir que sí, que yo soy eficiente -a decir verdad soy capaz de sacar el trabajo de toda una tarde en un pimpampum-, también soy simpática -irónica y capaz de hacer chascarrillos varios sobre todo, la prueba es este blog-, además soy segura, exigente -conmigo y con los demás, y si no que se lo pregunten a mis becarios-, optimista -sé que la lotería tocará algún día-, asertiva -sí que lo soy- y competitiva -¿para qué jugar al pádel sino para machacar al que está enfrente?-.


Eso es lo positivo, vale. Hasta ahí todo correcto, porque lo cierto es que, con el rollito del eneagrama ese pobreniñopijo, acaba poniendo a Bette -y quizás también a mí, y yo sin saberlo- de vuelta y media. Resulta que los tres sociales esos también son "falsos, con una personalidad que oscila entre la frialdad y la calidez, mordaces, distantes, controladores, frívolos, materialistas y adictos al trabajo y vanidosos", cuenta. ¿Es en realidad así mi Bette? ¿Realmente eso es lo que oculta su inmaculada sonrisa y quizás la mía, que no es inmanculada pero sí que es sonrisa al fin y al cabo?


Me niego a pensar que ambas seamos así. Hombre, me gusta tener cosas buenas, ¿a quién no?, y si hay que pagar por ellas, pues qué le vamos a hacer. Y en cuanto a la adicción al trabajo, pues de aire no vive el hombre -en este caso la mujer independiente y que tienen que buscarse la vida por sí misma- y lo cierto es que en un trabajo como el mío requiere, para ser hecho bien, una dedicación plena, tener todo el día el móvil encendido y... Los puntos suspensivos son porque estoy empezando a asustarme. Quizás sí que me parezco a Bette más de lo que creo, aunque no posea su porte, su saber estar y todavía no me llegue para comprarme el Saab descapotable.


* Incluyo el link a otra página que he hallado en la que vienen fotografías de bastantes tres famosos. En esta web también aparece qué número sería Tina, la malograda Dana y Kit.